miércoles, 30 de enero de 2013

'El relato de Laura' Cap.4


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Al día siguiente tuve que repetir la misma rutina de siempre. Levantarme, vestirme, prepararme, desayunar e irme a clase. Esta vez iba contenta. Tenía ganas de ver a Noelia, y hablar con Álex sobre el libro. Al parecer él tiene más libros de Federico Moccia y estaba dispuesto a dejármelos.

Entré por la puerta y como siempre fui hacia mi pupitre.

Noelia se acercó a mí.

-Hola Laura
-Hola
-¿Cómo estás?
-Bien, sin ganas de hacer clase
-Como todos…

Cogí a Noelia por el hombro y le susurré al oído ‘¿Por qué le has dado mi número a Álex?
Noelia bajó el tono de voz.

-Pues por qué no te tenia, y además sé que a él le gustan los mismos libros que a ti.
-Ya…Tu sabes que no me gusta ¿verdad?- le dije hablando bajito.
-Sí, lo sé Laura.

La profesora entró por la puerta y todos nos sentamos. Como siempre. Mi vida es una rutina.

-Ya he corregido los exámenes, y debo deciros que estoy muy disgustada con las notas. La nota más alta ha sido un seis y medio- dijo.

Me quedé en blanco. Seguramente estaría suspendida.
La profesora repartió los exámenes.

Un cinco. Había aprobado. ¿Había aprobado? Por los pelos, pero sí.

Noelia estaba bastante lejos de mí, pero pude apreciar su tristeza. ¿Habría suspendido?
Cuando llegó  la hora del patio me fui hacia Noelia.

¿Qué pasa, has suspendido?
-Que va…-dijo con un hilo de voz
-¿Eso es que si o que no?
-Laura, he aprobado-hizo una breve pausa- con un seis y medio.
-¡Tú has sido la del seis y medio!-dije feliz
-¡Pero si un seis no es ni un notable! Es horrible, estuve cuatro horas estudiando, y tú sin hacer nada…-paró de hablar, esperaba mi respuesta.
-Yo sin hacer nada…he suspendido, me lo merezco- Si, le mentí. No podía decirle que por mi cara bonita había sacado un cinco y ella hincando los codos tan solo un seis y medio.

A Noelia le afectan mucho las notas.
Estábamos las dos en nuestro banco, calladas. Ella estaba muy triste por su nota, y yo no sabía cómo animarla.
Vi como Álex se acercaba a nosotras. Me sonrojé. Soy tonta. Con el frío que hacía no sé por qué al ver que se acercaba me puse toda roja, la nariz también. Parecía Rudolf.

-¡Hola chicas!
-Hola- dijo Noelia
-¡Hola!- dije

Álex en el examen había sacado un seis. Lo había visto cuando todos le devolvimos el examen a la profesora.
Pero, estando ahí en el banco, no me había dado cuenta que Álex llevaba un libro en la mano. Un libro de Federico Moccia. Esta noche, dime que me quieres.
Me armé de valor y le dije:

-Vaya Álex ¿Y ese libro?

Álex me lo ofreció y pude comprobar que era el libro que pensaba que era.

-¡Tiene que ser genial!

Noelia me miraba todo el rato.

-¿Quieres que te lo deje?- me dijo Álex
-¡Guao! Muchísimas gracias Álex, pero ahora estoy leyendo otro, ya sabes cuál.
-No pasa nada, cuando acabes el que lees ahora, empiezas este, ¡yo ya lo he leído tres veces!
-Tres veces…-refunfuñó Noelia
-Bueno, me voy para allí, adiós chicas- se despidió Álex

Álex es un chico bastante guapo. Según yo sé, Lola está coladita por él. Lo que pasa es que es poco amigable. Es muy tímido y no tiene casi amigos. Le gusta muchísimo leer. Es simpático, agradable, educado…
Físicamente es alto, moreno, con el pelo negro, unos ojos grandes y marrones y viste genial.

Noelia y yo seguíamos en el banco. Noelia tenía una cara extraña, entre enfadada y triste. Seguía con el tema del examen en la cabeza.

-No lo entiendo, un seis y medio- decía sin parpadear y con una cara seria
-Noelia, has aprobado, deja el tema
-Pues como tú


 Me quedé parada…Se había enterado que había aprobado.

domingo, 27 de enero de 2013

'El relato de Laura' Cap.3

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-Si quieres te llamo y lo buscas
-Vale

Busqué y busqué, al final el ruido venia de debajo de la cama. Lo encontré.

-¿Y que hace ahí tu móvil?
-Yo que sé, me han mandado tres WhatsApp…-dije a la vez que desbloqueaba el móvil con la contraseña y entraba a la aplicación.

Mi cara se volvió seria.

-¿Qué pasa?- preguntó Noelia mientras se acercaba más a mi
-Es Álex, me pregunta que qué ejercicios mandaron de Tecnología
-¡Corre díselos!- me dijo Noelia mientras se levantaba y se acercaba a mi mochila.

Noelia me acercó la agenda y yo le contesté a Álex, diciéndole la página y los ejercicios.

-¿Qué dice?
-Dice gracias, ¿Qué esperas Noelia? ¿A que me pida matrimonio o algo por el estilo?- dije graciosamente

Noelia se echó a reír.

-¡Como eres!- me dijo riendo, casi no la pude ni entender.

Estuvimos riendo y diciendo chorradas hasta que la madre de Noelia le mandó un mensaje para que volviera a casa.

Acompañé hasta la puerta de abajo a Noelia, y yo estaba en pijama.

-Bueno, nos vemos mañana ¿eh?- me dijo Noelia mientras me daba un abrazo
-¡Claro! Yo no me iré a ningún sitio y tú tampoco, eh…
-¡No!- Noelia volvió a reír.

 Subí a casa. ‘Que buen olor’ pensé, mamá había hecho albóndigas para cenar.

-A cenar Laura- me dijo mi madre cuando cerré la puerta.
-Voy
-Llama a tus hermanos y a tu padre porfavor

Yo asentí, como siempre. Fui a la planta de arriba, habitación por habitación. Primero me adentré a una que estaba muy desordenada, llena de juguetes, de dinosaurios y coches.

-¡Toni a cenar!

Toni estaba en su cama jugando con unos dinosaurios.

 Después fui a una de color rosa, olía muy bien, había que admitirlo.

-¡Delia a cenar!

Delia estaba en el suelo, peinando y vistiendo a sus muñecas.

Esta vez toqué a la puerta. Me dio permiso y entré.

-Papi, a cenar

Mi padre me miró y asentó. Bajé y ya estaban mis hermanos sentados.
Al poco rato mi padre bajó y mi madre sirvió las albóndigas, con salsa de tomate.

La cena fue amena, mi madre hablaba de las obras que próximamente harán en nuestra calle, mi padre que quería apuntarme a mí y a mis hermanos a clases de inglés y mis hermanos… Bueno, ellos no hablaban, simplemente gritaban y se quejaban por todo.

Cuando acabé de cenar me fui a la ducha, me lavé los dientes y me tumbé en la cama.
Me tapé con mi preciosa colcha y saqué de la mesita de noche un libro. Iba casi por la mitad del libro. 
Perdona si te llamo amor de Federico Moccia.
Esos libros son los que me gustan. Las novelas de amor, que siempre acaban bien.

Empecé a leer y me emocioné. ¡Qué bonito es! Una chica de 17 años que se enamora de un chico de 37. Extraño pero bonito.
Sonó una campanita. Mi móvil. Dejé el libro a un lado y fui a ver el mensaje.

-Hola, ¿molesto?- era Álex, '¿Como tenia este mi número de télefono?'-pensé
-No, tranquilo
-Me dio tu número hoy Noelia
-¿A si?- En ese momento tenia ganas de coger a Noelia y matarla.
-Sí, jajaja, espero que no te importe…
-No, tranquilo

Creo que notaba que estaba nerviosa. No es que me gustara Álex, pero me parece un gran chico para qué esté perdiendo su valioso tiempo hablando conmigo.

-¿Te está gustando Perdona si te llamo amor?

En ese momento me asusté, ¿Cómo sabía que estaba yo leyendo ese libro? Si casi nadie lo sabe, por no decir nadie...
Me quedé unos minutos pensando. Tendría que darle alguna respuesta.

-Si…Voy casi por la mitad…Por cierto… ¿Cómo sabes que estoy leyendo ese libro?
-Pues te lo vi el otro día en la mochila. Yo también lo estoy leyendo.

Sonreí como una tonta. Estuvimos hablando bastante rato, hasta que me entró el sueño y me despedí de él.
Esa noche casi no había leído. Pero la verdad es que me lo había pasado muy bien hablando con Álex.

Guardé mi libro en la mesita de noche, puse mi móvil a cargar, apagé la luz y me dormí.



 


miércoles, 23 de enero de 2013

'El relato de Laura' Cap.2



Llegué a las ocho y diez. Abrí la puerta. Todos los compañeros de clase me miraron. Entré y fui hacia mi pupitre. Dejé la chaqueta en la silla y coloqué los libros en la mesa. Primera hora Sociales, segunda, Lengua.

Acabó la primera hora. Noelia vino hacia mí.

-¿Cómo que has llegado tarde?

Noelia. 14 años. 3 de ESO. La conozco desde hace muchos años, pero somos mejores amigas desde hace dos. Es simpática, un poco tímida. Le gusta mucho estudiar y hacer deberes. Otra de sus aficiones es leer. Le encanta. Es mi mejor amiga y estoy muy contenta de que lo sea.

 
-Ha sido culpa de Toni, no me dejaba entrar en el lavabo- expliqué
-Me sé todos los verbos irregulares y las perífrasis verbales- me dijo muy contenta
-¡El examen!- dije mientras me levantaba de la silla.

 Me comencé a agobiar, en menos de un minuto la profesora llegaría y daría el examen.

-Laura… ¿no has estudiado?-me preguntó Noelia al ver mi cara de sorprendida
-Se me olvidó, me quedé frita hablando contigo ayer…-me excusé

La profesora entró a la clase. Todos volvieron a sus pupitres y se sentaron.
Empecé a sudar. Me remangué las mangas y respiré hondo.

-Guardar todo, sobre la mesa solo quiero ver un boli azul-dijo la profesora
-¿Y el típex?-dijo alguien del fondo

La profesora asintió y comenzó a repartir el examen, mientras decía:

-No hace falta que explique nada, todos sabéis como se hace un examen de verbos. Son diez ejercicios y tenéis una hora. Recordad que este examen cuenta como el examen de un tema.

Ahí me puse más nerviosa.
Al final acabé haciendo el examen. ¿Qué otra cosa podía hacer?

 Al salir al patio no dudé en comentarlo con Noelia.

 -¡Voy a suspender Lengua!
-No digas eso, seguro que con otro examen, el examen de avaluación, los deberes, la actitud y todo ¡sacas como mínimo un siete!

Le miré levantando una ceja.

Estábamos sentadas en un banco del patio. Hacía mucho frio. Me palpé los bolsillos de la chaqueta y los dos del pantalón.

-¿Qué buscas?- me preguntó Noelia, después le dio un bocado a su bocadillo.
-Me he dejado el móvil en casa
-¿Dónde lo tienes? Como te lo coja Toni…-dijo bajando el tono de voz

Toni ya me había ahogado dos móviles en la pica del baño. Lo coge de mi mesa y lo ahoga. No sé el porqué. Pero estaba segura que no me iba a ahogar a mi BlackBerry rosa. Además mis padres tampoco querrían volver a gastarse dos cientos euros en un móvil.

 La mañana pasó rápida. Enseguida se me olvidó el examen de Lengua.
Comí en el colegio y a las cinco volví para casa.

Con mis llaves abrí la puerta que separa el rellano de mi casa.

-¡Hola!- grité

No hubo contestación. Subí las escaleras.
Mi padre estaba en su despacho, corrigiendo exámenes de alumnos de primero de Bachillerato; es profesor.
Me asomé por la puerta y saludé.

-Hola Laura, ¿tienes muchos deberes?- me preguntó
-Bueno, tengo que hacer inglés y tecnología.

Mi padre siguió corrigiendo. No entiendo para que pregunta si luego no me hace caso.
Me dirigí a mi habitación, tiré la mochila a la cama y me puse el pijama. Fui al lavabo. Por fin estaba libre. Me desmaquillé y me hice una coleta.

Bajé y fui a merendar unas tostadas con mantequilla, mientras, veía Hora de aventuras en la televisión.
Acabé y subí de nuevo a mi habitación. Me dispuse a hacer los deberes.

Me quedaba un ejercicio de inglés, cuando oí que la puerta de abajo se abría.
Suponía que serían mis hermanos y mi madre, ya que había ido a buscarlos a su colegio. Sí. Mis hermanos van a un colegio distinto al mio.

Continué haciendo el ejercicio.

-¡Laura!- gritó mi madre desde abajo-¡Ven, corre!

Oí como mi madre me llamaba y salí de mi habitación, bajé las escaleras y estaba Noelia en el salón. Me quedé perpleja al verla, no me imaginaba que vendría.

-Cuando venía para casa vi a Noelia, y me dio un libro, aquel que le dejaste para que lo leyera, y entonces le he dicho que podía venir ella a casa a dártelo y así os veis- explicó mi madre
-¡Pues qué bien!-dije- A mí me queda hacer un ejercicio de inglés…

Noelia nos miraba, a mí y a mi madre sin pronunciar palabra. Es muy tímida.

-Subid y termináis los deberes-nos dijo mi madre
-Pero…yo en un rato me tengo que ir- explicó Noelia, con un hilo de voz.

Mi madre asintió y seguidamente subimos a mi habitación. Noelia se sentó en mi cama y rápidamente sacó tema de conversación.

-¿Has visto cómo te miraba hoy Álex?
-Emm… ¿Cómo?-pregunté extrañada

Sé oyó un pequeño ruido, y Noelia cambió de tema.

-¿Has oído eso? ¿Qué es? ¿Una campanita?
-¿Una campanita?-dije muy extrañada-no he oído nada yo

Noelia se puso sería, pero los pitidos seguían.

-Es como una campana-intentó explicar Noelia
-¿Una campana…?-dije de nuevo extrañada- ¡Mi móvil! Salté de la cama y me puse a seguir el sonido.


martes, 22 de enero de 2013

Mi reseña: El misterio del cuarto amarillo

La valoración está hecha en pandas, hay como máximo 5 pandas.

Título: El misterio del cuarto amarillo

Autor: Gaston Leroux (Adaptación de David Fernández)
Precio: 12,65€
Número de páginas:  168

ISBN: 978-8483087664
Editorial: Almadraba




Sinopsis: En El misterio del cuarto amarillo, como en todas las novelas policiacas, hay suspense, intriga y emoción. Los hechos suceden en una estancia del castillo del Glandier: el cuarto amarillo. La puerta está cerrada por dentro y la única ventana que hay tiene barrotes. ¿Quién ha intentado asesinar a Matilde Stangerson? ¿Cómo pudo entrar el criminal en ese cuarto? Y sobre todo, ¿cómo pudo salir? Ese es el principal misterio con el que se enfrentan la policía y el periodista Rouletabille, cuyas sospechas recaen sobre varios personajes. Y ese es también el enigma que atrae al lector desde las primeras páginas y le mantiene en vilo hasta la sorpresa final.



Mi opinion: Es super ASDFGHJKLÑ  nunca habia leido novelas de misterio, y debo decir que me encanta. A medida que van explicando los succesos, fuí pensando quien podria haberlo hecho, el porqué...Pero no resolví el enigma. Me ha enganchado desde el principio y cuando lo acabé tenia ganas de mas. Creo que me voy a leer más libros de misterio. Sin duda, va a mis favoritos, os lo super recomiendo. Por cierto, yo me he leido una adaptación, porqué el original tiene unas 600 páginas y bueno...

Valoración:






 

domingo, 20 de enero de 2013

'El relato de Laura' Cap.1



-¡Laura!- gritaba mi madre desde abajo

 

Y así me levanté aquel lunes.
Supongo que el domingo me acosté muy tarde. No recuerdo exactamente la hora. Me quedé hablando por WhatsApp con Noelia.
Tampoco es que tuviera muchas ganas de que fuera lunes, a segunda hora tenía el examen de verbos de Lengua, y no os mentiré, no sabía ni uno.

Abrí un ojo y miré el reloj. Eran las siete de la mañana. No iba tarde. Aparté de mí la colcha de florecillas y me puse en pie.
-Que frío- dije medio tiritando- se nota que estamos en noviembre-dije mirandome los brazos, tenía los pelos de punta.

 Me acerqué al armario, mi armario es de aquellos que tienen espejo por delante y me vi. ‘Que pelos’ pensé, a la vez que ponía una cara de enfurecida. Seguidamente lo abrí y eché un vistazo a mi ropa.

Dudé sobre que ponerme. Cogí mi sudadera negra, que en color fucsia pone ‘Pull and Bear’. También cogí aquellos pantalones negros pitillos que me encantan, ya que me hacen un tipo precioso.
 
Me vestí rápidamente. Hacía demasiado frío para estar media hora contemplando los corazoncitos rosas que hay pegados en el techo de mi habitación. Después de vestirme me volví a mirar en el espejo y ‘Que pelos’ volví a pensar.

Ya eran las siete y cuarto. Debía de darme un poco de prisa. Hice la cama en un segundo y cerré la mochila que estaba encima de mi escritorio. Empecé a buscar mi móvil ¿dónde lo dejé? No me importó en ese momento.

Cerré la puerta y me fui derechita hacia el lavabo. Intenté girar el pomo, pero no pude. Oí una vocecilla desde dentro.

 
-¿Toni? ¿Estás tú?- pregunté
-Sí, déjame pesada- contestó

 Toni. 10 años, un mocoso. Va a cuarto de primaria. Y desgraciadamente mi hermano. Es un niño muy enérgico, todo el día está saltando, jugando, hablando, es un pesado. Siempre intenta coger mi portátil, mi móvil…Es un envidioso.

Al ver que Toni estaría rato, decidí hacer una maldad, ir al lavabo de la habitación de mis padres.

Mi madre odia que entremos en su lavabo. Tiene sus pinturas, sus colonias, sus cremas… Y como se rompa algo por nuestra culpa, nos vende para poder conseguir dinero y comprarse más.

Entré silenciosamente a la habitación y fui a girar el pomo, abrí y me quedé parada. Allí estaba ella.

Delia. 5 años. P5.No es una niña, es un torbellino. Se pasa el día haciendo maldades, corriendo de aquí para allá… Y por supuesto, es desgraciadamente mi hermana.

No odio a mis hermanos. Que quede claro.

Cuando vi a Delia con las pinturas de mamá, me llevé las manos a la cabeza. No quería saber nada. No quería líos ni problemas.

Ya eran las siete y media y tenía que desayunar y arreglarme un poco.
Bajé por las escaleras como una loca. Mi madre también pensó que era una loca.

 
-¡Laura! ¿Y esos pelos?
-Luego iré al lavabo, es que estaba Toni-contesté mientras echaba los cereales en el bol.

 Abrí la nevera, cogí la leche y la eché en el bol. Cogí una cuchara y me senté dispuesta a desayunar.

 -¿Dónde está Delia?
 -No sé, no la he visto- mentí. No se me notó, lo dije con tranquilidad, muy segura.

 
Me comí los cereales en cinco minutos. Miré el reloj y ya eran las siete y cuarenta. En cinco minutos tenía que salir. Subí y volví a intentar girar el pomo, pero no pude.

 
-¡Toni! Llevas veinte minutos ahí dentro, ¿Qué haces?- dije mientras giraba frustradamente el pomo.
-¡Déjame!- me contestó
-¡No! ¡Abre!
-¡Que no quiero pesada!

Suspiré, intenté relajarme. Pero me acordé que en la bolsa de deporte tenía un cepillo y un peine, también un brillito de labios.

 
Fui corriendo a mi habitación, de paso cogí la chaqueta y la mochila, y me peiné. Al final el pelo me quedó genial. Me puse el brillo de labios y un poco de colonia. Salí de mi habitación y bajé las escaleras como un torbellino, abrí la puerta de casa y oí un grito espeluznante, venía de mi casa, de la planta de arriba. Imaginé que mamá ya había encontrado a Delia, cerré la puerta y me dispuse a ir a clase, pero ¡oh! ya eran las ocho, y llegaba tarde...
 
 








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Espero que os haya gustado :)