'El relato de Laura' Cap.12

Me levanté cuidadosamente. Él también se levantó, y en la mano tenía su skate.

-¡Perdona! Iba con el skate y como está tan oscuro…- se excusó

-No, no, perdona yo… Iba con el móvil corriendo…

Sonrió. Con su sonrisa pude ver sus dientes, que aunque estaba todo oscuro pude apreciar que eran preciosos.

-Me llamo Víctor, ¿y tú?

-Yo… Laura… Pareces mayor que yo…-dije un poco confusa

-Si supongo, tengo 19 años

-Vaya… yo 14

 

El chico sonrió, y otra vez me quedé patidifusa.

-Parece que me has soltado tu biografía- dijo graciosamente

-¿Si? ¡Y tú a mí la tuya! Solo te falta decirme que estudias

-Pues eso no te lo diré

-¿Ah no?

-No, para saberlo tendrás que darme antes tu número

-¿De teléfono?

-No, ¡de zapato!- dijo riendo el joven

-¡Tontorrón!- empecé yo también a reírme

Miré el reloj y ya era muy tarde

 

-Tengo que estar en casa en… 2 minutos… sino me castigan

-¿Y tú número?

-Gasto una 38

Víctor me sonrió y me cogió del brazo antes de que pudiera girarme e irme. De su pantalon trasero sacó un rotulador de punta normal negra y empezó a apuntar algo en mi brazo.

Mientras escribía, le pregunté:

-¿Y esto que es?- hice una pregunta muy tonta

-Mi número de zapato

-¿Si?- dije sonriendo

Me lo miré un rato y luego me despedí de ese chico tan maravilloso.

Después de eso volví a la realidad y empecé de nuevo a correr.

Llegué a casa veinte minutos mas tarde de la hora.

Nada más entrar mi madre me oyó.

-Laura- no alzó la voz

-Di… ¿Dime?- dije temerosa

Mi madre salió de la cocina y vino hacia mi

-¿Quieres para cenar pizza de cuatro estaciones o de barbacoa?

-No sé…

-Pues cuando lo sepas llama a Telepizza, que tu padre y yo hemos decidido pedir

-Vale

-¿Qué tienes ahí en el brazo?

-¡Nada!- dije mientras me tapaba el brazo

Mientras subía por las escaleras, mi madre me dijo algo más, así que paré.

-Ha llamado Álex, quería saber cómo estabas con Noelia, ¿os pasa algo?

-¡No! Noelia y yo estamos bien

-¿Entonces?

-Nada

-¿Seguro?

En ese momento supe que se enteraría de que se iba a Rumania, así que preferí decírselo, pero no en ese momento.

 

-Más tarde quizá…

-Vale hija, recuerda pedir tres pizzas del sabor que elijas ¿eh?

-Si…

Subí por las escaleras, llegué a mi habitación, la abrí y tiré la mochila a la cama. Me puse las manos a la cara y me aparte los pelos.

 

En menos que canta un gallo, me puse el pijama. Mi preferido. El de ositos panda que me regaló Noelia por mi cumpleaños el año pasado.

Cogí el teléfono fijo y marqué el número de la pizzería.

Decidí pedir las tres de barbacoa. Las adoro.

Como quedaban cuarenta minutos para que el chico viniera a casa con la pizza decidí hacer los deberes.

Inglés, Mates y Sociales. Tardé unos veinte minutos. Cuando acabé vi el número de teléfono en mi mano, y me acordé de Víctor.

Alcancé mi BlackBerry que estaba en la mesita de noche y lo guardé en mis contactos. Al instante ya estaba en mi WhatsApp.

No quise abrirle chat en ese momento. Poco después llamaron al timbre; la pizza.

Toni y Delia comían como unos cerdos, manchándose toda la camiseta y parte de los pantalones.

Mi madre y mi padre comían como personas civilizadas. Y yo también.

 

 

 

Cuando acabé, seguí la misma rutina lavarme los dientes y lavarme la cara. Seguidamente me fui a mi habitación, me metí dentro de la cama y abrí chat a Álex.

-Hola

El tardó dos minutos en contestar

-Hola preciosa, ¿Ya has hablado con Noe?

-Sí, me lo ha explicado todo

-Cuenta

-Se va a Rumania, no se aun cuando, no me ha respondido al WhatsApp, pero se que será durante mucho tiempo

-¿Qué?

-A mí también me duele…

-No te preocupes Laura…

-No…

-No

-Me acabo de tomar una pizza de barbacoa

-¿Si? ¡Que morro!

Estuvimos un buen rato más hablando, pero no era una conversa muy jugosa. Los dos sentiamos tristeza.

Más tarde decidí ir a la cocina a por un vaso de leche y asi irme a dormir tranquilita.

Cuando pasé por el salón para ir a la cocina, mi madre estaba en el sofá, Delia estaba dormida encima de ella.

-Shh…No hagas ruido- me dijo muy flojito

Asentí con la cabeza y me puse leche en una taza. Oí como mi madre se levantaba e iba para arriba; llevaba a Delia a su cuarto.

Me senté en el sofá a la luz de la lámpara. Mi madre regresó y también se sentó.

-¿Qué ocurre con Noelia?

-Se va

-¿A dónde?

-A Rumania…- y así le expliqué todo

-Vaya Laura…

Me puse a llorar, sin decir nada más.

-Laura, volverá pronto

-No

-Yo hablé ayer con Adela

-¿Si? ¿Ya lo sabías?- le dije secándome las lágrimas con las yemas de los dedos

-Si

Abracé a mi madre, muy, muy fuerte. Tenía miedo. Miedo de perder para siempre a Noelia.